domingo, 24 de agosto de 2008

Otro domingo repugnante.

Tengo una resaca espantosa.LLevo todo el día vomitando cocacola, expulsando por la boca mis angustias y mis miedos, pero aún me quedan más adentro. Ayer intenté beber mi autosuficiencia, pero sólo era brugal con cocacola. Me confundí. Acabé volviendo en metro a las diez de la mañana, sin tabaco y con tos de perro. Voy a seguir vomitando, a ver si así consigo vaciarme un poco más.

domingo, 10 de agosto de 2008

Sinespacio.

Probablemente,loslocutoriossondetodosloslugaresdeMadrid,losmástristes
condiferencia.Lasparedesdescascarilladas,lucesfríasyduras...Losequiposllenosdevirusyningúntecladotienetodaslasteclas.Probablemente,loslocutoriosendomingosondetodosloslugaresdeMadridlosmástristes.Abarrotadosdegentequehablaconsufamiliaenotrocontinente.Todosmuertosdecalor,sudorosos.Desdehoy,vuelvenaquedarcuatrodíasparaverte.

domingo, 3 de agosto de 2008

Finales de semana.

Detesto los domingos, tener la sensación de que algo se termina irremediablemente. Detesto tener que decirte hasta la semana que viene. Pasar el día durmiendo, la casa desordenada y nada en el frigorífico. Cadáveres de cerveza, ceniceros rebosantes. Clinex, servilletas usadas sobre la mesa y más calor que en el infierno.
Detesto estar malhumorada los domingos, o triste, o de resaca. Perder la perspectiva y retomarla. Perderte de vista y que sin embargo la huella de tu olor permanezca entre las sábanas, en el armario, en todos los rincones, recordándome que hasta la semana que viene no tendré tus manos en mi cuello.