miércoles, 8 de agosto de 2007

La maté porque era mía, tango.

En las escaleras de la parte de atrás sostiene con sus manos heladas el vaso de plástico; está rememorando otros tiempos.

Recuerda aquellas tardes a golpe de café y tostadas con mantequilla.
La vieja Olivetti que vino de Cuba y el sonido de las teclas. José Pérez Alonso, José Pérez Alonso, José Pérez Alonso…Y un sello en las manos curtidas por la experiencia.

Relojes de bolsillo, fotografías veladas por miles de kilómetros. Zeppelines y uniformes de soldado. Un mapa garabateado en el interior de una maleta que en cualquier momento podría salir del armario.

Es inevitable, el olor intenso del café consigue traer al presente días de quinielas y conservatorios de música.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Está genial el blog Mariña, lo voy siguiendo...

Srta. Pérez dijo...

Gracias guapa por leerme,yo también lo hago.Me acuerdo de ti.
Besos desde Santiago