Mis historias se van dentro de cada botella que se vacía. Entre gin tonics, tequilas y rones me consumo, como con cada historia que me cuentan. Ellos no lo saben, pero me desintegro poco a poco, con todos. Me desdibujo, me confundo, me pierdo, me borro... Y acabo como el cadáver seco y transparente de la botella que se acaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario