domingo, 3 de agosto de 2008

Finales de semana.

Detesto los domingos, tener la sensación de que algo se termina irremediablemente. Detesto tener que decirte hasta la semana que viene. Pasar el día durmiendo, la casa desordenada y nada en el frigorífico. Cadáveres de cerveza, ceniceros rebosantes. Clinex, servilletas usadas sobre la mesa y más calor que en el infierno.
Detesto estar malhumorada los domingos, o triste, o de resaca. Perder la perspectiva y retomarla. Perderte de vista y que sin embargo la huella de tu olor permanezca entre las sábanas, en el armario, en todos los rincones, recordándome que hasta la semana que viene no tendré tus manos en mi cuello.

1 comentario:

ángeles figuereo dijo...

pero ya estamos a lunes y en cuatro días el mundo se te quedará pequeño...