Los números del calendario se suceden unos tras otros como el goteo incansable de un grifo mal cerrado.
El trabajo en la mañana, la tarde, la noche, una sucesión infinita y homogénea de horas condenadas.
Una cotidianidad con cicatrices.
El trabajo en la mañana, la tarde, la noche, una sucesión infinita y homogénea de horas condenadas.
Una cotidianidad con cicatrices.
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