martes, 15 de julio de 2008

Amelia...

Puede que éste no sea el mejor momento para decir todo lo que quiero decir, aunque bueno, por qué no, ahora estoy ebria igual que el día en que la conocí.
No voy a decir que Amelia llegó a nuestras vidas y sin hacer ruido se instaló. Por el contrario, llegó haciendo ruido y mucho, con sus tacos de aguja...
Sin embargo esta vez se marcha en silencio, en sandalias bajas, para que no la oigamos, por si decide volver, porque le da miedo largarse y que la olvidemos o por si nos olvida... Pero eso es algo, que por más que pidamos cartas nuevas, no ocurrirá...

Continuará.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me voy un poco en silencio por el miedo que tengo a marcharme, por el miedo que tengo a dejar de pertenecer en tu vida, por que me olvides....Pero mañana en el aeropuerto volveré a llevar tacones, para hacer ruido y en cada paso que me aleje, me volvere a sentir cerca de ti.
Te quiero mucho Lady Drama!

Anónimo dijo...

La vida es así de triste. Uno sólo puede aspirar a que sus amigos le dediquen unas líneas cuando decide marchar definitivamente, aunque lleve siglos desaparecido de sus vidas y sin que nadie lo echara en falta.

Anónimo dijo...

Srta. Pérez, tus entradas siempre consiguen removerme algo, ya sean tripas o corazón, son viscerales. Esta despedida, sin embargo no ha conseguido emocionarme. Deben ser las connotaciones (¿negativas?) de un zapato de tacón. ¿Hay algo más superficial que un zapato de tacón? Quizás sí, el ruido que éstos proyectan al caminar.

Srta. Pérez dijo...

Pero así es Amelia, no podría imaginármela aislada de ese sonido, el de sus zapatos de tacón, y creéme, a riesgo de parecer superficial, en ella ese taconeo no lo es. Sólo hay que bucear un poco. Todos nos rodeamos de objetos, de pequeñas cosas, supongo que para afirmar más rotudamente nuestra identidad,ya sabes,la teoria de la suma...que tire la primera piedra quien esté libre de pecados. Fmd: srta pérez