miércoles, 25 de julio de 2007

Malasaña

Miro a través de la ventana y el barrio sin lugar a dudas va a explotar en un centenar de colores. El verde-hoja-de-árbol no puede disimular su orgullo y el rojo-pelota-de-playa está muy seguro de ello.
Los habitantes tienen grandes ocupaciones, el camarero del bar de la esquina está esperando clientes. Los clientes en los veladores beben sus cervezas heladas mientras comentan la indumentaria de la chica de amarillo.
Las ancianas en los bancos ven a los nietos jugar y ellos, con la rigurosidad de un matemático, se sumergen en los juegos de nuestra infancia.
Malasaña es el murmullo de la gente, el sonido de las motos y el florista de la esquina.
A lo lejos, de cuando en cuando, se lamenta un saxofón.

No hay comentarios: